¿Por qué es importante estudiar Germánica?
Esta Academia comienza una nueva forma de acercar a la gente la Germanische Heilkunde, conocida en español como Nueva Medicina Germánica (NMG) o La Germánica como la llamaba el Dr. Hamer en español. Una medicina con alma, basada en los descubrimientos del Dr. Geerd Ryke Hamer.
En este espacio nos enfocamos en entregar esta visión en un lenguaje más simple, más cercano a la biología y a las cosas que todos podemos verificar, porque todos tenemos un cuerpo donde experimentar el maravilloso proceso de la autosanación.
¿Qué tiene que ver la Germánica con la autosanación? ¿Si la Germánica es una medicina científica y la autosanación parece una expresión mística o chamánica?
Por eso te quiero explicar la importancia de la Germánica en tu vida.
Muchas personas piensan que la Germánica es una terapia alternativa o complementaria a la medicina oficial, como las muchas que son reconocidas por la ciudadanía, entre ellas la medicina china, homeopatía, biomagnetismo o Reiki. Cierto es que ellas mejoran bastante su visión de la enfermedad pues cuidan de la persona de una forma más integral, considerando no sólo la parte física, sino también psíquica y emocional. Aún así, todas ellas siguen en el antiguo paradigma de tener que combatir la enfermedad o los microorganismos o los desajustes o toxinas. Insisten en que hay que “limpiar”, “equilibrar”, “desintoxicar” o “eliminar” aquello maligno que nos has enfermado para restituir la salud.
Lo primero es entender que la Germánica no es una terapia alternativa, sino que es una ciencia médica basada en Leyes de la Naturaleza que implica un cambio profundo del concepto de enfermedad y su tratamiento. Los descubrimientos del Dr. Hamer podrían ser (o son) los mayores descubrimientos en la historia de la medicina y, más aún, de la humanidad. Nunca antes en la historia hubo un cambio de paradigma que fuera a su raíz dando un giro a lo que entendíamos como enfermedad.
En la antigüedad, se pensaba que la enfermedad era un castigo de los dioses por nuestro comportamiento impuro o porque transgredíamos las leyes de la naturaleza o de los dioses. La persona debía someterse a rituales de sanación guiados por un hombre “sabio” que conocía la forma de comunicarse con los espíritus para sanarnos. Hoy en día la situación no ha cambiado mucho, pues seguimos dando una connotación negativa a la enfermedad y pensando que la naturaleza comete errores. Seguimos culpando a una causa externa como microbios o alimentos, o una causa interna. como un desajuste o los genes, incluso, que nos atacamos a nosotros mismos al hablar de enfermedades autoinmunes. Entonces, nuevamente, recurrimos a los “hombres sabios” de la vida moderna, que ya no usan la comunicación con los dioses, sino la tecnología y “el método científico”, pero que no se basa en la comprobación biológica, sino que en estadísticas y probabilidades.
Una metodología usada para los análisis estadísticos en medicina es el uso de encuestas. Por ejemplo, si sospechamos que hay algunos factores de riesgo en el cáncer de próstata y realizamos una encuesta a pacientes con esta patología. Podemos poner dentro de los factores: hábitos de alimentación, actividad física, o bien, la vestimenta, la pregunta ¿De qué color son sus calcetines? Podría estar dentro del cuestionario y si la mayoría de los pacientes usa calcetines azules podemos concluir que: “usar calcetines azules podría incidir en el cáncer de próstata” ¿Absurdo no? . Pues por el método estadístico se hacen afirmaciones tan inútiles como que un factor de riesgo para el cáncer de mama es ser mujer, si, puedes encontrar este tipo de afirmaciones en los artículos de organizaciones “científicas”.
Cuántos de nosotros hemos ido al médico y no hemos obtenido ningún diagnóstico certero, sino que sólo posibilidades y, para aumentar la certeza, nos piden un sinnúmero de exámenes o analíticas que, a veces, nunca llegan a ser determinantes y siguen las frases de “podría ser”, “no se sabe el origen” o “existe un porcentaje”. Todo esto cambia con la Germánica, pues en esta medicina, la enfermedad tiene un sólo origen: uno o más conflictos biológicos causados por un DHS (un evento dramático, inesperado y vivido en aislamiento). Además, el Dr. Hamer establece que existe una relación directa entre el órgano o tejido afectado y el conflicto vivido, esto es, 100% de certeza, incluso si se trata de una enfermedad psiquiátrica.
Gracias al Dr. Hamer y a la Germánica, por primera vez en la historia de la medicina y de la biología, contamos con Leyes Universales, es decir, que se cumplen siempre para todos los seres vivos. Estas Leyes demuestran que la Naturaleza no tiene errores y que la enfermedad representa un Programa Biológico Especial Sensato (SBS), que tiene como objetivo mantener la vida. El Dr. Hamer pudo descubrir estas leyes y entregarlas a la humanidad como un regalo que puede cambiar la historia de todos los seres humanos.
Este nuevo paradigma nos empodera y nos da la verdadera soberanía en salud porque no sólo perdemos el miedo a la enfermedad, sino que nos ayuda a mejorar la forma de relacionarnos con los demás y el entorno. La Germánica nos enseña las reglas de nuestro comportamiento biológico, nos ayuda a comprender las conductas de los demás y como se relaciona de manera directa con sus experiencias de vida. También nos hace responsable de nuestras acciones, pues sabemos que con nuestras palabras podemos llegar a matar, es lo que pasa, por ejemplo, cuando un médico, en su ignorancia, le dice a un paciente “No hay nada más que hacer, hemos hecho todo lo posible” o “Tiene un cáncer terminal”.
Con este conocimiento, nos sentimos libres y livianos, no nos pueden manipular más con nuestra salud, ni asustarnos con un diagnóstico ni con un virus, ni siquiera con productos que nos dicen que causan cáncer, porque eso no existe y ya no culpamos a agentes externos de nuestros síntomas, nos hace responsables de nuestra salud, tomando las decisiones adecuadas y oportunas para tener una vida en armonía con las Leyes de la Naturaleza, pues el poder de sanación es algo que le pertenece a cada uno de nosotros y tenemos el poder de la autosanación, porque el cuerpo se cura así mismo, si se lo permitimos.