Los Dientes
La medicina germánica es una ciencia natural que basa en las cinco Leyes Biológicas Naturales que se aplican de forma estrictamente científica a cada caso que exista un Programa Especial Biológico Significativo (SBS) en curso, incluyendo las llamadas “enfermedades dentales”: caries de esmalte, caries de dentina, periodontitis, necrosis mandibular, gingivitis (inflamación de las encías), supuración radicular,, dolor de muelas: dolor frío-calor, dolor agridulce, bloqueo mandibular, etc.
Los dientes tiene una corona que se compone de dos capas, el esmalte dental y la dentina (hueso dental). El esmalte recubre la dentina en la zona de la corona. El hueso dental se introduce en la mandíbula para su fijación por medio de la raíz del diente, entre la raíz y la corona se encuentra el cuello dental. Además, en el interior del diente existe la pulpa dental donde se encuentra la inervación y los vasos que lo irrigan. Existe un tejido fibroso, periodonto, que a su vez rodea las raíces dentales.
Las diferentes partes del diente pertenecen a diferentes capas embrionarias, por lo tanto, tienen distintos contenidos de conflicto. Por otra parte, cada tipo de diente tiene una función específica esto deriva en un contenido de conflicto específico. Por ejemplo, los incisivos se usan para gruñir o chasquear, pero los caninos se utilizan para agarrar o capturar, mientras que los molares ayudan a aplastar o moler.
Como se trata de tejidos que se derivan del mesodermo nuevo y el ectodermo, debemos considerar la lateralidad para evaluar en relación a quien es el conflicto. Esto es, dientes del lado derecho están relacionados con la pareja y los del lado izquierdo con la madre o los hijos, esto para los diestros, en las personas zurdas es al revés.
La dentina, es decir, el hueso dental, pertenece al mesodermo nuevo, controlado por la médula cerebral. Los agujeros en la dentina, más precisamente, las osteólisis de la dentina, se forman durante la fase de conflicto activo, al igual que el resto de los huesos del cuerpo.
El conflicto biológico de la dentina es por la incapacidad de morder. Se produce una desvalorización porque se quiere morder a alguien, pero no se puede hacerlo, por ejemplo, porque el adversario es demasiado grande o fuerte. Esto es común en los niños pequeños, que se sienten incapaces de morder a otro niño más fuerte que le hace bullying en la escuela, o bien, del padre que lo regaña. .
Durante la fase de conflicto activo pérdida del hueso dental no causa dolor y solo puede verse por medio de una radiografía, ya que el esmalte dental permanecería intacto. Sin embargo, si la fase CA se mantiene durante muchos tiempo y/o el conflicto es muy intenso, o bien, hay permanente recaídas en el conflicto que no permiten la reparación del diente, este podría fracturarse de manera espontánea, debido a su debilitamiento.
Cuando se resuelve el conflicto de mordida comienza la reparación del hueso, estamos ya en la fase de PCL. Esta reparación se produce con la recalcificación y formación de un callo óseo, donde había un orificio el hueso es ahora más denso que antes. Encontramos aquí el sentido biológico del SBS, hacer un diente más fuerte con el que poder morder.
Durante la reparación del hueso dental, se produce dolor, debido a la expansión del periostio dental, que es muy sensible. Esto lleva a consultar con un dentista que de inmediato querrá eliminar el agujero, por medio de una amalgama o incluso decidir eliminar el diente, que podría haberse curado solo.
Otra enfermedad recurrente que llevan a la gente al dentista, es la periodontitis, donde los cuellos del diente quedan expuestos y las encías retroceden, si esto avanza, también puede causar que los dientes se muevan, se suelten e incluso se caigan. Esto es provocado cuando la desvalorización por tener la capacidad para morder afecta la mandíbula y maxilar superior. Esto significa que el hueso mandibular o maxilar pierden tejido, hay osteólisis, por lo tanto se debilita la fijación de la raíz del diente en el hueso por la descalcificación y se tambalea.
El movimiento del diente dentro de la mandíbula genera una constante tensión que va recogiendo las encías dejando los cuellos dentales expuestos, lo que puede producir que el diente afectado pueda desprenderse. En la fase PCL, después de resolver el conflicto de mordida, la situación puede complicarse porque comienzan los síntomas, especialmente l dolor y sangrado ocasional, el dentista suele hablar de un “absceso” en la raíz, ya que el periostio de la mandíbula también se expande, causando un dolor de muelas intenso.
Además, no olvidemos que son las bacterias las que ayudan a formar el nuevo hueso, pero las culparan del dolor, hablando de una infección dental, que no es peligrosa, sino necesaria para recuperar el hueso. Quien no considera las 5 Leyes Biológicas en su diagnóstico, creerá que este cuadro es peligroso e incluso aconsejará la retirada de la pieza dental, deteniendo el proceso de curación.
Pero esto no tiene por qué ser así, ya que hoy en día es posible fijar el diente afectado, incluso si hay varios dientes adyacentes, con una llamada “banda” que se pega a la parte posterior de los dientes hasta que la osteólisis se haya recalcificado, es decir, una vez finalizada la fase de reconstrucción donde el diente queda fijado nuevamente.
Tanto las encías, la dentina e incluso el esmalte dental (aunque más lentamente) pueden volver a la normalidad una vez resuelto el conflicto biológico relacionado a la mordida.
Tenemos otro SBS (programa biológicos especial y sensato) en el esmalte dental, que corresponder a tejido epitelial escamoso, pero endurecido (queratinizado) donde prácticamente el 96% corresponde a minerales y solo un pequeño porcentaje a células vivas. Como en todo tejido epitelial escamoso controlado por la corteza cerebral, durante la fase de conflicto activo, se ulcera, es decir, se forman las cavidades del esmalte, las denominadas caries. El esmalte que recubre las coronas está compuesto por prismas unidos por una sustancia cementante. Es el componente más duro.
El contenido del conflicto para el esmalte dental, es un conflicto biológico de no poder morder porque no se le permite. A diferencia del conflicto de mordida del hueso dental y mandibular, donde no se puede morder porque se más débil, por eso se produce la desvalorización, en el caso del esmalte el individuo tiene la capacidad para morder a su adversario, pero no se le permite.
El Dr. Hamer da el siguiente ejemplo:
Conflicto de hueso (dentina), el perro salchicha no puede morder al San Bernardo.
Conflicto de esmalte, el perro San Bernardo no puede morder al perro salchicha porque no se le permite.
Un ejemplo en la naturaleza, es el lobo adulto al que no se le permite morder a los cachorros que están protegidos por la loba y el lobo alfas. Así es que, aunque cachorro sea molestoso, tendrá que aguantarse. Los humanos estamos acostumbrados a contener la mordida por razones sociales y morales, por que nos predispone a desarrollar caries de esmalte en muchas situaciones en las que queremos morder, pero no se nos permite. Por ejemplo, lo vemos en los niños que quieren defenderse mordiendo, pero los adultos se lo impedimos.
En el esmalte también se distingue el distinto matiz entre incisivos, caninos, molares o molares, y también debe considerarse la lateralidad, para saber en relación a quien es el conflicto.
El esmalte dental tiene sensibilidad CAOFA, es decir, duele en fase activa, lo que impide que muerda y se tiene sensibilidad por ejemplo, a algunos alimentos, ácidos, o al frío o al calor. Además, el síntoma psíquico es la pérdida de memoria, porque en un sentido se trata de una separación. En la fase de resolución, se produce una restitución lenta, es decir, una reparación del defecto del esmalte, pero sin dolor.
En principio, en ambos programas, la curación se produce automáticamente si se resuelve el conflicto que lo ha provocado, incluso si no se hace nada, siempre que no se hayan producido nuevas recaídas. El problema es que las personas tendemos a recaer en los conflictos con frecuencia no permitiendo que se termine el proceso de regeneración del hueso o del esmalte.
Algunas complicaciones que pueden presentarse.
Según el Dr. Hamer, no existe la periodontitis en el sentido estricto. Sin embargo, en el caso de un agujero en la dentina (osteólisis dentinaria), el periodonto interno, ubicado cerca de la pulpa, también puede expandirse, causando dolor y comprimir la cavidad pulpar.
La hinchazón de la mejilla se presenta principalmente cuando además del SBS del hueso dental o mandibular, que ya está en PCL, es decir, reparándose, existe una acumulación de líquido debido a un conflicto existencial que afecta los túbulos colectores renales (TCR), aumentando su función de retención de agua. Es decir, la persona tiene lo que en medicina germánica se llama Síndrome, un SBS en PCL y un SBS de los TCR en fase activa.
Una fístula dental es un proceso recurrente, más o menos crónico, de osteólisis abierta externamente de la dentina o el hueso maxilar. La llamada supuración dental es una osteomielitis normal de la dentina o de la mandíbula, debido al drenaje externo, una mezcla de callo y pus, que es inofensiva. La dentina cicatriza, al igual que el hueso normal, incluso más rápido y mejor que sin osteomielitis.
En resumen cuando una persona tiene dañada su dentadura, es porque tiene o ha tenido conflictos en relación a la mordida, muchas veces por querer defenderse mordiendo al agresor, pero no lo ha hecho, porque se siente demasiado débil, que afectaría la dentina o la mandibulares, o bien, no muerde porque no se le permite hacerlo y afectaría el esmalte.
Entonces, las caries nada tienen que ver con la higiene bucal, ni el azúcar consumido, sino con nuestros conflictos biológicos. Antiguamente, lo animales domésticos no tenían caries con tanta frecuencia como ahora, probablemente, la crianza actual, con la humanización de los animales, especialmente los perros, a los que no se les permite morder, les está causando estos problemas.
El Dr. Hamer relata este caso sobre una paciente con SBS de dentina explicado por él.
“De niña, una paciente siempre veía a su padre (alcohólico) golpear a su madre. Quería “morderlo” por esto, pero “no se le permitía”. Sin embargo, a los 18 años, se plantó tranquilamente frente a su padre cuando él quiso golpear a su madre una vez más y le dijo: “Nunca más la volverás a golpear, porque te juro que llamaré a la policía inmediatamente y les contaré todo a todos. Irás a la cárcel. ¡Ni se te ocurra!”. Su padre nunca más la golpeó. Cuatro semanas después, desarrolló un dolor de muelas en el incisivo izquierdo. No hizo nada al respecto. El diente se calcificó de nuevo.”
Nota: artículo escrito por Margarita Galaz, basado solo en los textos del Dr. Hamer.
