Hago esta declaración debido a que algunos medios de comunicación y personas afines, o no, a la Germanische Heilkunde, más conocida en español como Nueva Medicina Germánica (NMG), se han hecho eco en sus redes sociales de las publicaciones realizadas por las hermanas de mi amiga Fabiola Vega. Estas personas han difundido información falsa sin previamente comunicarse conmigo para contrastar, ni verificar los hechos y sin ninguna precaución ni respeto por la integridad de los involucrados.

De las primeras cosas que aprendí de niña es el respeto a la vida de todos los seres vivos, en particular, la vida humana. No hacer daño es la premisa de cualquier hombre o mujer de bien, más aún si tiene el conocimiento de las 5 Leyes Biológicas de la Naturaleza descubiertas por el Dr. Hamer. Por esto mismo, es que he guardado silencio hasta ahora y, también, por la recomendación de mi abogado que no lo encontraba necesario. Sin embargo, ahora me ha permitido compartir esta declaración, dado que está al tanto de la gravedad del alcance mediático que ha tenido lugar.

Mi intención al escribir no es dañar a nadie, por lo mismo, omitiré algunos detalles que solo expresaré si un juez solicita mi declaración, porque hay cosas que, por respeto a la memoria de Fabiola y a los involucrados, es mejor mantener en el ámbito privado, como debió ser todo este proceso. Solo contar lo que es necesario para entender el contexto, con el fin de dar tranquilidad y claridad a quienes, con buena intención, quieren conocer mi versión de esta situación.

Se ha afirmado en diversos medios que Fabiola era mi paciente, lo que no se ajusta a la verdad. Fabi, que se hacía llamar Pasión Vega en Facebook (por la cantante española), era mi amiga. Una amiga cercana a pesar de que no habláramos con frecuencia, pero siempre estábamos la una para la otra, cuando nos necesitábamos. De esas amigas que ves a lo lejos, pero cuando lo haces nada ha cambiado. Con la que podíamos hablar de cualquier cosa porque respetábamos todas nuestras diferencias, que eran muchas, pero no irreconciliables, por eso nos complementábamos y nos queríamos. Esto cambia sustancialmente el tipo de relación, una relación de amistad es muy diferente a una relación profesional entre un paciente y su médico o terapeuta.

Fabiola solo se interesaba en la Germánica cuando algún familiar o amigo se enfermaba, en esos momentos me preguntaba por sus síntomas o a qué correspondía un diagnóstico. Tampoco era un tema recurrente entre nosotras, ella no estudiaba Germánica, nunca participó de un curso mío, ni siquiera de una clase, aunque la invitara. Sin embargo, su hermana Liliana, enfermera, a quien conozco hace varios años asistió a dos de mis seminarios, uno en el año 2017 y otro en agosto del 2024, ocasión en la cual conversamos amistosamente.

Con Fabiola nos conocimos en la universidad mientras estudiábamos agronomía en los años ‘90 y profundizamos nuestra amistad cuando nos reencontramos por el 2013. En Chile me visitaba en mi casa cada cierto tiempo, pero desde mi ida a España no teníamos más alternativa de hablar por WhatsApp. He visto como se han hecho públicos numerosos mensajes de nuestras conversaciones privadas, casi todos ellos sacados de contexto o, incluso, manipulados para dar la idea de que yo tenía algún poder de convencimiento sobre Fabiola, que la alejé de su familia o que tengo una personalidad psicopática.

Entre los mensajes alterados están los relacionados con el dinero. Se ha hecho creer que mi motivación para “engañar” es el dinero, que Fabiola pagaba una membresía en la Comunidad Hameriana, pero ella nunca fue miembro de ese grupo de estudio, por lo tanto, nunca pagó nada. Dentro de los WhatsApp privados hay una conversación que se ha manipulado para hacer creer que le debía algún dinero, esto no es más que es una mentira malintencionada de sus hermanas que saben que no hay ninguna transacción de dinero entre Fabiola y yo. Esa conversación se refiere a una transacción para ayudar a un amigo en común, pero el dinero era mío, no de Fabiola.

Fabiola me hacía muchas preguntas, le sugerí tomar terapia con una terapeuta y tomar una clase con otra persona, hizo las dos cosas, pero no le gustó la terapeuta y no quería gastar dinero, así es que siguió preguntándome y yo respondía cada una de sus preguntas, una y otra vez, así como siempre lo hice cuando preguntaba por sus amigos y familiares. Respondí durante meses, casi a diario, en el último tiempo durante varias horas, pero cuando ella necesitó ayuda médica la contacté con dos médicos que podían ayudarla en las condiciones que ella quería, ambos lo hicieron de manera gratuita. Es más, Fabiola quería que sus hermanas estuvieran presentes en una reunión que tuvo con uno de ellos, pero no quisieron asistir.  Además, uno de los médicos, estuvo en contacto diario con Liliana cuando Fabiola empezó a tener complicaciones para comer y respirar, respondiendo todas sus preguntas y orientándola.

Sobre ser gurú espiritual, no tiene ningún sentido porque Fabiola era mi amiga y respetábamos nuestras diferentes visiones de vida, ella era religiosa y yo no. Fabi era cristiana, evangélica, participaba en una iglesia y tenía a su pastor. Es más, su tío, ya fallecido por diagnóstico de cáncer, era pastor. Yo no participo en ninguna iglesia, ni profeso ninguna religión.

En mayo del 2024, Fabiola comenzó a estar más ansiosa con su proceso y con la finalidad de que pudiera hablar con otras mujeres en su situación y sentirse menos sola, hicimos un grupo de apoyo con mujeres con similares diagnósticos. En un comienzo iba a participar en el grupo una mastóloga (médico especialista en mamas), pero nunca asistió a ninguna reunión por no coincidir en los horarios. Nos reuníamos cada 15 días y cada una exponía sus inquietudes, sus miedos y su experiencia. Mi rol fue ponerlas en contacto, facilitaba el zoom para las reuniones cada 15 días, era la moderadora porque a veces estábamos hasta 3 horas conversando, pero ellas también hicieron reuniones sin mi presencia, no había obligación de participar ni de exclusividad. Con la muerte de Fabiola, yo no hice más reuniones, pero ellas siguieron en contacto. Este grupo era voluntario, gratuito y de libre participación, y no tiene relación con la Comunidad Hameriana que es un grupo de estudio.

Fabiola no estaba tomando ningún tratamiento médico, ni tenía ningún diagnóstico, porque ella no quiso ir al médico, por lo que es imposible que yo la haya inducido a dejar sus tratamientos. Lo que si sugerí es que dejara la medicación para el dolor que le administraba su hermana Liliana, puesto que ese medicamento no se recomienda por más de 5 días porque puede producir hemorragias (hablamos del Ketorolaco). Sin embargo, Fabiola decía que era lo único que le quitaba el dolor y confiaba en su hermana enfermera, por lo que consumió esa medicación por más de 5 meses por recomendación de Liliana, quien le llevaba las cajas. Durante ese tiempo, tuvo dos hemorragias graves que la asustaron mucho y la dejaron con crisis de ansiedad, esto fue un antes y un después en su estado anímico y físico. Aunque bajó las dosis, no dejó de tomar el medicamento (otra prueba de que ella hacía lo que quería).

La residencia habitual de Fabiola en los últimos años era el departamento de su hermana Lili, donde vivían, también, sus dos sobrinos adolescentes, en Santiago de Chile. Sin embargo, pasaba todo el día sola en casa, nadie podía cuidarla y se sentía inútil porque el dolor de la mama no le dejaba hacer muchas cosas. Es por esas razones que se fue donde su padre al sur de Chile, a unos 900km. Cuando visité a Fabiola en agosto, estaba en casa de su padre octogenario, una casa pequeña, típica del campo chileno, de madera y lata, sin ninguna comodidad, con los mínimos enseres y totalmente aislada, solo se podía salir de ahí en auto. Fabiola estaba durmiendo en malas condiciones, en una litera estrecha con un colchón de mala calidad, sin ventilación ni calefacción adecuadas. Me dijo que pasaba hambre porque no le gustaba la comida que le daban. Fabiola se encontraba en un estado de abandono importante, a pesar del cariño que pudiera darle su padre y la pareja de él, que es muy cariñosa, pero no existían las condiciones para cuidarla adecuadamente, las hermanas solo la visitaban de manera intermitente, dada la distancia entre las distintas ciudades de residencia.

Fabiola estaba pálida, descuidada, como ejemplo de esto, es que, al momento de nuestra visita, nos cuenta que llevaba 6 semanas sin lavarse ni peinarse el cabello, porque no podía hacerlo sola y nadie le ayudaba. La invité a irse unos días, nos fuimos al lago Ranco, paramos en un restaurante y pidió un salmón con patatas fritas, nos reímos, bailé para ella, estuvimos 3 días, cuando íbamos de regreso camino a casa de su padre me dijo que no quería volver, le ofrecí que siguiera con nosotras unos días más, me pidió que hablara con su padre y lo hice. Él, con los ojos llenos de lágrimas, aceptó la decisión.

Nos fuimos a un hotel en Puerto Varas, le pedí hora en una peluquería para que lavaran, tiñeran y peinaran su cabello, pero antes advertí a la peluquera del estado de Fabiola para que no hiciera cometarios sobre su mal olor. La trató con mucho cariño. Fabi cuidaba su apariencia, estaba contenta de verse bonita nuevamente. Nos quedamos en la habitación viendo películas para acompañarla. El día domingo su padre fue a buscarla y yo seguí rumbo a casa de mi madre más al sur. Ya en casa de su padre me dijo que se había dado cuenta de que tenía que irse de ahí, que no le hacía bien ver a su padre triste. Agregó que en los días que estuvimos juntas se había sentido mejor y había notado cambios positivos, que necesitaba a alguien que la cuidara que pudiera ayudarla con las cosas básicas como bañarse, peinarse, comer y que no la hiciera deprimirse ni le transmitiera miedo. Es por eso, que nos pusimos a buscar un lugar donde pudiera ser cuidada adecuadamente, le dije que hablara con sus hermanas, pero ninguna podía cuidarla porque no tenían tiempo, tampoco las amigas. Finalmente, su hermana Ingrid accedió a cuidarla.

Fabiola me pidió ayuda con el traslado, la fui a buscar a casa de su padre y la dejé en casa de la hermana lo que significó conducir unos 1000km en un día, más de 500km junto a ella, un tiempo suficiente para que me contara que su hermana le había dicho que solo podía cuidarla dos semanas, por lo que debía buscar otro lugar donde irse después. Fabiola estuvo cerca de un mes ahí, pero no se sintió cómoda porque la hermana no hacía más que echar ambientadores para el olor y se ponía mascarilla, algo que Fabi expresó que la hacía sentir sucia y una molestia para su hermana. En ese momento yo ya estaba en España. Como ningún familiar ni amigos la podía cuidar, una amiga mía le ofreció su casa, ahí las hermanas la fueron a dejar y buscaron a una cuidadora para atenderla.

Quiero dejar claro que mi amiga Fabiola eligió libremente el camino a seguir, me pidió ayuda para transitarlo e hice lo que pude para ayudarla. La madre de Fabi murió de cáncer de mama cuando ella tenía 18 años y no quería seguir el camino que siguió su madre. Fabi estuvo en contacto con sus hermanas siempre, es más, la propia hermana mayor, Lili, le administró el suero y contrató a la cuidadora. Incluso mi amiga, la dueña de la casa donde estaba Fabiola, se fue una temporada y las hermanas quedaron a cargo.

El cambio en la actitud de las hermanas conmigo se dio cuando Fabiola tuvo su primera hemorragia en casa de su hermana Ingrid. Fabiola no quería ir al hospital y Lili me mandó mensajes para que la convenciera de ir a cuidados paliativos, me dijo “va a morir igual” y cuando me negué me dijo “entonces, cuídala tú”. Eso fue casi dos meses antes de su muerte. Le pregunté a Fabiola que quería hacer más de una vez y siempre me dijo que no quería ir al hospital. Las hermanas insistieron, me escribían para que la convenciera, le dieron mi número a sus amigas, que me llamaban o mandaban WhatsApp para que le dijera a Fabiola que fuera al hospital. Les expliqué una y otra vez que era la voluntad de Fabiola y que yo respetaba sus decisiones. Las hermanas escribían reproches a Fabi, la presionaban, se referían a mi como su “gurú” o como “tu dios” y cuando ella me contaba lo mal que le hacía, ellas le recriminaban.

Cualquiera que conozca las 5 Leyes Biológicas entenderá que las situaciones que pasó Fabiola durante el desarrollo de su enfermedad, causaron un deterioro importante de su salud debido a la ansiedad, el miedo y el abandono (algo clave en la Germánica), todas condiciones que crean complicaciones en los procesos. Hubo maltrato por parte de las hermanas, le decían que estaba fea, hedionda, flaca, también que por culpa de ella estaban sufriendo, que las iba a matar de pena por su decisión de no ir al hospital. Me detengo aquí porque creo que queda clara la situación y para que no se malentienda esto que acabo de escribir. El origen de las enfermedades NO es emocional, como también han escrito algunos manipulando mis mensajes. Nunca he dicho algo así, por el contrario, siempre he dicho que las emociones no causan enfermedades, porque es lo que demuestra el Dr. Hamer, pero es obvio que ese estado de ansiedad por las presiones y miedo a ser rechazada, no era el idóneo para sanar.

A Fabiola no se le permitía transitar su vagotonía (descansar y repararse) porque vivía en permanente estrés intentando defender su derecho a elegir, pero quería evitar que sus hermanas se enojaran. Es por eso que alguna vez le sugerí que, para estar tranquila, tal vez, era mejor alejarse de ellas un tiempo. No es que en la Terapia de NMG se recomiende como protocolo alejar a los pacientes de sus familiares, sino que se debe crear el ambiente propicio para sanar y eso no es posible si se le está reprochando o presionando permanentemente. Las personas en esa situación, lo que necesitan es ser cuidadas con amor y contención.

Me enojé con las hermanas por un cúmulo de situaciones, entre ellas, que llevaron a un pastor (evangélico) a visitar a Fabiola. Ella estaba molesta porque lo llevaron sin su consentimiento, me dijo “creen que me voy a morir”. En ese momento perdí la paciencia y le mandé un audio expresando mi molestia a Lili, porque nos conocíamos. Nadie tiene derecho a quitarle la esperanza a quien desea vivir. Lo peor es que le contaron a Fabiola y le reprocharon que me lo hubiera comunicado, ahí Fabi me pidió que no hablara más con ellas porque no entendían. A las pocas semanas perdí comunicación con Fabiola, Lili comenzó a cuidarla, en algunos días había fallecido.

Después de la muerte de Fabiola las hermanas se adueñaron de su teléfono, lo que les dio acceso a sus redes sociales y a sus contactos. Hicieron público los mensajes manipulados y esos audios sacados de contexto, tergiversaron los hechos para poner a la gente en mi contra, haciéndoles creer, incluso a mis amigos de universidad, que soy responsable del fallecimiento de Fabiola.

También compartieron mi número de teléfono, mis redes sociales, mis lazos familiares, mi residencia, vulneraron mi derecho a la intimidad, me difamaron, han fomentado el odio hacia mí y mis cercanos, mintiendo descaradamente sobre mi relación con Fabiola. Todas esas acciones son delitos en Chile y en España. El resto de los hechos, los testigos de cada parte de este relato y demás antecedentes, serán entregados en los tribunales, donde esto debiera resolverse y no en las redes sociales, porque todo lo que han hecho ellas y quienes se han hecho eco, daña a personas que no tienen ninguna relación con el caso. Todos opinan y juzgan, pero ninguno estuvo ahí cuando Fabiola los necesitaba.

Quiero terminar con un pequeño mensaje a los estudiantes de NMG, porque no han faltado los divulgadores de la NMG que se han aprovechado de esta situación y que me han juzgado y dado su veredicto, mucho antes de que lo haga un juez. Con sus acciones solo muestran lo que son y se caen las máscaras, es obvio que no han comprendido la profundidad de este conocimiento, menos aún podrían enseñarlo. ¿Cómo enseñar lo que no se comprende?

La Germánica no solo se trata de conocer tablas, síntomas o SBS, se trata, principalmente, de tener un comportamiento acorde a las Leyes Naturales, lo que implica no causar DHS de manera deliberada. El propio Dr. Hamer dice en sus textos que debemos ser cuidadosos en el trato con nuestros semejantes, pues las palabras pueden matar, dado que las palabras pueden causar un DHS. Yo he vivido muchos estos meses, pero estoy rodeada de amor y buena compañía.

Algunos dirán, “Ah, pero por algo Margarita ya no comparte con este o este otro divulgador”. Yo les diré por qué me he alejado de muchos de ellos, siempre ha sido por conductas que no van acorde al comportamiento de quien conoce las 5 Leyes Biológicas. Acá va una lista de las acciones de algunos con los que no me relaciono, claro que no daré nombres, porque yo no soy como ellos, solo hablo de hechos de los cuales tengo pruebas. Si toman atención, la mayoría de estas acciones están motivadas por el dinero:

  1. Insultos y descalificaciones reiteradas
  2. Amenazas de agresión
  3. Cobrar 200€ por una consulta y después dar una receta de 1000€ para comprar en la farmacia homeopática de su propiedad.
  4. Dar respaldo a un médico como el anterior para poder seguir vendiendo un curso
  5. Cambiar las condiciones de venta de un curso al que ayudé a promocionar (sin cobrar) y donde no les permitieron retirarse a los alumnos disconformes.
  6. Cobrar por leer TAC según la NMG cuando realmente no se tiene el entrenamiento.
  7. Decir que se es discípulo del Dr. Hamer cuando solo se estuvo en algún seminario, pero explotar la única foto con Hamer lo más posible.
  8. Prohibir a sus “seguidores” o alumnos participar en actividades organizadas por mi.
  9. Colaborar en la edición de libros de autores que se burlan del Dr. Hamer y no corregir las mentiras que se dicen de él en el libro, siendo el editor.
  10. Colaborar con la promoción de libros que se venden como manuales de NMG, pero que no lo son y que la distorsionan, a sabiendas de la importancia de mantener su pureza.
  11. Traición de colaboradores que solo buscaban mi apoyo para obtener reconocimiento e información, pero que su fin último es el dinero.
  12. Mezclar la Germánica con medicinas, tratamientos, terapias o productos que contradicen las 5 Leyes Biológicas, promocionando “productos milagrosos” para curar enfermedades.
  13. Distorsionar los descubrimientos del Dr. Hamer para llegar a más gente y poder seguir vendiendo cursos.
  14. Escribir a mi pareja, cuando iniciábamos nuestra relación hace 6 años, advirtiéndole que yo era mala, que se alejara de mí, que le haría daño.
  15. Hacer creer que un hospital de Germánica requiere de una inversión millonaria, donde se realicen terapias alternativas, dietas veganas, meditaciones, algo más parecido a un SPA.
  16. Promocionar dietas anticáncer.
  17. Engañar a un médico de NMG diciéndole que le vende sus cursos, pero quedándose con el dinero y la información. Además, aprovechaba de quitarle los pacientes cuando estos intentaban contactar al médico al correo del curso.
  18. Mandar un audio largo a un grupo de telegram con más de 100 mil seguidores donde habíamos recibido amenazas y su audio, con más descalificaciones y mentiras, contribuyó a aumentar la tensión.
  19. Por poner el nombre del Dr. Hamer y de la NMG solo para vender, pero seguir haciendo lo mismo que hacían antes de conocer las 5 Leyes Biológicas.
  20. Por hablar mal del Congreso de Almuñecar con otros participantes, mientras yo había trabajado por tres años gratis para que se le diera un espacio para exponer en los tres congresos, se le pagaran todos los gastos en el congreso presencial, donde hizo contactos importantes y aumentó por 10 su número de seguidores. Todo gracias a mi trabajo y apoyo.
  21. Por copiar mis textos, reflexiones, ejemplos e ideas sin citar la fuente, incluso atribuyéndose la autoría.

Creo que no me he equivocado en alejarme de estas personas puesto que, en estos momentos difíciles, ninguno de ellos ha mostrado ni una pizca de solidaridad, entendiendo de que la Germánica está siendo atacada. Por el contrario, algunos han aprovechado el momento para buscar protagonismo y poder captar más clientes.

Espero que estas aclaraciones sirvan para tranquilizar a las personas que, con buena intención, han mostrado su preocupación por esta situación. Por mi parte, quiero que sepan que estoy tranquila, en paz, con la tranquilidad que da ser consecuente con uno mismo y no renunciar a mis convicciones por quedar bien con los demás. Mi guía es buscar la verdad y mantener mi integridad, porque solo la verdad nos libera de prejuicios, de gente mala, de los oportunistas, de los traidores y de los comerciantes.

Si, queridos amigos, tengo la paz de quien tiene la verdad de su lado y que puede probarla con hechos de los cuales hay testigos neutrales, no personas llenas de dolor, culpa, odio o resentimiento. Me alegra poder mirarme al espejo día a día y no sentir vergüenza por mis acciones.

Aunque demore, la luz siempre vence a la oscuridad, solo necesitamos una dosis de paciencia y tranquilidad. Dios me provee de ambas cosas.

Margarita Galaz

Nota: la foto que acompaña esta declaración es de Fabi después de salir de la peluquería en Puerto Varas, Chile, el día 24 de agosto del 2024, hace justo un año. Estaba contenta, creo que ella preferiría ser recordada así, podría afirmar que no aprobaría que mostraran públicamente sus fotos deteriorada, porque Fabi siempre se destacó por cultivar su belleza interna y externa.

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