Testimonio de Bárbara Callejón
Bárbara fue diagnosticada en Julio de 1994 con un Sarcoma de Ewing en la mandíbula derecha. El tumor evolucionaba de manera tan dramática que le pronosticaron pocos meses de vida. Correspondía seguir los tratamientos que se indican en los protocolos médicos para estos casos y todo aquel que sea diagnosticado con un “tumor maligno”, esto es, cirugías y quimioterapia con muy pocas posibilidades de que el pronóstico mejorara.
Carta de Bárbara.
“Soy Bárbara. Hoy tengo 19 años (año 2000) y estoy por empezar el segundo año de mi carrera como profesora de sordos.
Vivo con mi mamá, mi papá Fer y mi hermanita. Trabajo y tengo novio al cual amo y tengo lo más grande de todo el mundo: a Dios en mi corazón.
Mi vida es normal hoy pero hace seis años no lo era.
Vivía de médico en médico, veía poco a mis amigos, casi todos los días lloraba por algo y lo peor de todo, tenía el cáncer más maligno, si se lo puede llamar así, que pudiera haber tenido.
Fue una etapa de mi vida de la que muy pocas veces me acuerdo y si lo hago, es para sentir el sufrimiento que mucha gente hoy pasa con sus enfermedades. El sufrimiento de sentirse observado, discriminado y convertirme sin habérmelo propuesto, en un gran problema para todos los que me querían.
Hoy, a seis años de mi enfermedad, siento que todo pasó con un propósito, el cual estoy viviendo hoy día: servir a los planes de Dios. También puedo decir que me sirvió para confiar en mí misma, en que realmente puedo lograr algo si me lo propongo y por sobre todas las cosas, aprendí que puedo sentir el amor de los demás sin necesidad de enfermarme tan brutalmente.
Algo quisiera corregir en mi tratamiento. La manera que tienen algunos médicos de tratar a sus pacientes. Sé que algunos solo piensan en ganar plata y que la mayor parte trata la enfermedad sin pensar lo que siente el que la sufre. Pero creo que si el médico, solo cambiara su mirada fría por una sonrisa, el enfermo sanaría. Quizás no, pero hasta el último momento, sabría que valió la pena luchar.
Esto que escribo, va dedicado a toda esa gente enferma que cree que no tiene salida. Les pido que confíen porque yo sé que hay salida.
Y a ustedes, los médicos, que aprendan que en una sonrisa puede estar la vida.
Dios los bendiga.”
Del blog del Dr. Hamer explicando el Sarcoma
“El llamado sarcoma de Ewing no es más que una osteólisis completamente normal en caso de pérdida de la autoestima, una etapa temporal en la fase de curación de una osteólisis ósea “escamosa” y medio llena de callos. En la mayoría de los casos no se trata de una pérdida de autoestima única, sino de una pérdida de autoestima con varias recurrencias.
Luego se pueden observar osteólisis y recalcificaciones una al lado de la otra, que muestran la típica imagen inquieta en las radiografías. El resultado histológico de los patólogos a menudo fue: “No hay nada que ver debido a todo el calcio (callo)”. Sólo se convierte en un “sarcoma” cuando el periostio inflamado se manipula y se corta y luego se filtra hacia el tejido muscular circundante.
En un caso de un joven de 17 años, a los padres se les dijo que se utilizaría un procedimiento especial para descalcificar las células y luego determinar si eran malignas. Todos los patólogos saben desde hace tiempo que no es posible distinguir histológicamente entre un “callo normal” y un “callo supuestamente maligno”, porque son simplemente la misma cosa, por lo que hoy en día la mayoría de los histopatólogos asignan el atributo “maligno” prácticamente solo a la imagen radiográfica, de la que no entienden nada. No hay ninguna diferencia porque no existe tal cosa como un “callo maligno”. Como mucho, se produce un exceso de callos, así como una excesiva cicatrización (cicatrización queloide). Este callo excesivo es un crecimiento completamente inofensivo y sin importancia patológica, como mucho es un obstáculo mecánico y quizás por eso necesite corrección. Pero no tiene nada que ver con estar enfermo.
Los sarcomas son crecimientos de tejido conectivo esencialmente, completamente inofensivos. El objetivo es reparar una herida mecánica, un defecto, un hueso roto o algo similar con tejido conectivo, cicatriz o callo, es decir, en general rellenar temporalmente un defecto de una sustancia y con ello hacerla funcional de nuevo en su totalidad.
En términos de historia evolutiva, todos los llamados sarcomas pertenecen a la capa germinal media y, por lo tanto, son una unidad. Además, todos los llamados sarcomas del tejido conectivo y del hueso son procesos de curación una vez resuelto el conflicto de autoestima. Los más graves provocarán una pérdida de autoestima/osteólisis, los menos graves provocarán los llamados sarcomas de ganglios linfáticos y los más débiles provocaron cambios en el tejido vascular.”